¿Qué es la magia del Caos? Una breve introducción a la disciplina

Antes de empezar, un aviso. Esta no es una introducción a la magia del caos, sino a mi magia del caos, a lo que yo he leído, entendido, practicado y experimentado. La magia del caos de otro practicante, por su misma naturaleza curiosa, ecléctica y personal, puede ser totalmente diferente. A partir de aquí que cada uno trace su propio camino y busque sus propias fuentes y experiencias.

 

Historia y origen

Una parte importante de la historia de la magia del caos empieza con el IOT, el Pacto de los Iluminados de Tanáteros, así que comenzaremos por ahí.

De 1976 a 1979 el joven ocultista Ray Sherwin publicaba la revista The New Equinox, El Nuevo Equinoccio, centrada al principio en la magia ritual en general y en el trabajo del mago británico Aleister Crowley en particular. Más adelante la publicación evolucionaría hacia una visión más ecléctica de la magia. Peter J. Carroll, otro joven ocultista, era colaborador habitual en la revista. Ambos estaban a su vez en contacto con una floreciente escena agrupada alrededor de la librería londinense The Phoenix, El Fénix. Allí comprobaron el estatus quo del ocultismo, que encontraron rancio, crédulo y acientífico. Decidieron que era necesario un nuevo tipo de agrupación que abandonara los aspavientos, la ritualización y la adherencia ciega a la tradición para tomar un curso más escéptico y experimental frente a la creencia y la metafísica reinantes. Para ello publicaron un anuncio en su revista, donde se anunciaban como una meritocracia mágica heredera espiritual del Zos Kia Cultus del mago londinense Austin Osman Spare y la Thelema (Zélema) de Aleister Crowley, fusionadas con el tantra y el tao.

Como inspiración de la filosofía y praxis del IOT se encuentran las experiencias de sus fundadores con la extensa tradición mágica británica, la herencia del orientalismo postcolonial y la tradición mágica germana representada por órdenes como la Fraternitas Saturni. Entre sus fuentes contemporáneas están los escritos de Kenneth Grant sobre el Zos Kia Cultus y los textos de Ramsey Dukes (alias Lionel Snell), entre otros de los autores del revival británico de los 70.

Desde la primera fundación del IOT diversos templos fueron creados y disueltos en el período de 1979 a 1987 en Gran Bretaña, Australia y Austria. La fundación del IOT, Order of The Pact of The Illuminates of Thanateros, la Orden del Pacto de los Iluminados de Tanáteros, tal y como se conoce hoy día se da en 1987 en Renania, Alemania, junto al ocultista Ralph Tegtmeier, Frater U.·.D.·.. A partir de ahí se forma el primer templo británico en East Morton, Yorkshire, alrededor de los concurrentes a los cafés matinales de los sábados en la tienda The Sorcerer’s Apprentice, El Aprendiz de Hechicero, de Leeds, que distribuía los escritos de Carroll y Sherwin.

Los cismas comenzaron pronto. En 1980 Ray Sherwin abandona la organización al considerar que se está convirtiendo en igual de jerárquica que aquellas que rechazaba. Aunque el mayor cisma sucede en los 90. El ocultista y artista marcial Helmut Barthel crea una disciplina mágica llamada la magia del hielo, con la que gana el apoyo de muchos miembros del Pacto, entre ellos Tegtmeier. Carroll decide ponerse al corriente sobre el asunto cuando se le habla de la actitud de gurú autoritario de Barthel. La crítica de Carroll a este movimiento hizo que un tercio de la organización se escindiera. En 1991 Peter Carroll abandona también el grupo y junto a otros exmiembros lo declara muerto. Miembros actuales conceden en que el IOT de Carroll y Sherwin está muerto, mientras que el conformado por los actuales integrantes es hijo de aquel y tiene su propia vitalidad y camino.

Los textos escritos por Carroll y Sherwin durante su pertenencia al grupo serán considerados fundacionales para la que pasó a llamarse magia del caos. La Orden acogería o serviría de inspiración a multitud de individuos, foros, movimientos y filosofías. Entre las personas tocadas por esta disciplina de una forma u otra se encuentran ocultistas como Phil Hine, Charles Brewster, Dave Lee, Julian Vayne, Nikki Wyrd, Alan Chapman, Gordon White, Genesis P-Orridge, Jason Louv o Hakim Bey, el psicólogo Timothy Leary, el filósofo contracultural Robert Anton Wilson, el escritor William S. Burroughs o el guionista de cómic Grant Morrison. Entre los grupos surgidos con esta inspiración se encuentran Thee Temple ov Psychick Youth, Z(Cluster) o los DKMU y muchos otros más y menos conocidos. Más allá de las inspiraciones directas podemos decir que la impronta de lo que sus creadores empezaron a mover es indeleble en la concepción actual de la magia.

 

Las premisas fundamentales

Desde el principio de la magia del caos, incluso antes de adquirir el nombre actual y llamándose hechicería práctica, ha habido una serie de principios que han definido la disciplina. Si no se dan estos principios estaremos hablando de otros tipos de práctica. Si bien es cierto que no son exclusivos de la magia del caos forman el esqueleto de la misma.

– Nuestra percepción de la realidad no es la realidad misma, sino que está condicionada por nuestras creencias. La modificación de nuestras creencias afecta a lo que ocurre tanto dentro como fuera de nosotros.

– La realidad es maleable a través de la proyección de la voluntad.

– La adopción de estados de trance facilita el cambio de creencias y la proyección de la voluntad.

 

Herramientas de la magia del caos

Por su propia naturaleza ecléctica, personal e irreverente, algunos dirían pirata o saqueadora, no podemos hablar de unas herramientas específicas de la magia del caos. Cada practicante desarrolla sus propias técnicas de acuerdo a sus necesidades, gustos y experiencias. Esto no quita que desde sus orígenes unas técnicas se hayan popularizado más que otras, proporcionando un variado arsenal tanto para principiantes como para expertos. Estos son algunos ejemplos:

– Sigilos: La técnica de hechicería rápida de Austin Osman Spare es la herramienta que más ha calado de todo el repertorio de la magia del caos. Un sigilo o sello es la transformación de una intención, un objetivo o deseo, en un símbolo. De esta manera puede ser visualizado en estado de trance para afectar a la realidad.

Las explicaciones de por qué esto sucede son de lo más variadas y dependen del modelo de magia que se esté usando o que se crea. Una forma común de verlo es que a través de la visualización y el trance transmitimos a nuestro inconsciente nuestra intención, permitiendo que con su poder y sin la intromisión de nuestros miedos y contradicciones lo haga suceder. Hay muchas otras explicaciones posibles, como que alteramos el flujo de información universal, plantamos una baliza cuántica o entramos en contacto con la conciencia universal. A efectos de la técnica, la creencia en estas explicaciones no parece afectar más allá de servir como vehículos para la manifestación de nuestra intención.

– Trance: También llamado gnosis por muchos autores, el trance es un estado en el cual la mente se coloca más allá de nuestras preocupaciones, ideas y preconcepciones. De nuestro ego, dirían algunos. Según el tipo de trance esta separación se produce por una saturación que obliga a nuestro yo habitual a retirarse o por una relajación que acaba apagando nuestros circuitos mentales automáticos.

En corrientes modernas, como en los primeros escritos de Alan Chapman, se habla del trance como prescindible, con lo que estoy de acuerdo, aunque sigo considerándolo una valiosísima herramienta. Aparte de que tiene la ventaja de poder proporcionarnos experiencias de lo que se conoce como trascendencia del ego.

También hay escuelas que consideran el mejor trance el proporcionado por diversos tipos de drogas. No me voy a pronunciar a favor o en contra de esto. Me limitaré a decir que quien utilice estas sustancias conviene que sea una persona conocedora y que esté acompañado. Nadie quiere que su ritual termine con una visita a urgencias médicas o psiquiátricas.

– Salto de paradigma: Siendo un físico aficionado, Carroll probablemente tomó el concepto de paradigma del matemático Thomas Kuhn. La idea original de paradigma es una cosmovisión, una visión de la realidad, y aceptarla hace que ciertas cosas se den por sentadas mientras otras son desechadas inmediatamente. El cambio de un paradigma a otro se suele producir cuando los defensores de uno caduco desaparecen y los proponentes de uno nuevo pueden por fin trabajar desde él.

En la magia del caos se considera toda visión del mundo, todo sistema simbólico, como un paradigma. La fe que invirtamos en el paradigma que vivimos condicionará no sólo lo que pensamos, sino también lo que vemos y podemos llegar a hacer. Esto a nivel práctico parece tener mucho más alcance del que normalmente estamos dispuestos a concederle, por lo que un salto de paradigma adecuado puede potenciar enormemente nuestro trabajo mágico.

Este salto puede durar lo que sea necesario para la compleción del trabajo, desde unos minutos hasta años. Cabe destacar que este paradigma no tiene por qué ser uno existente, ni siquiera ha de estar basado en la realidad. Es muy común el trabajo con personajes de ficción o cosmovisiones inventadas.

– Magia de resultados: Una de las cosas que separa a la magia del caos de otras formas de magia es su especial énfasis en los resultados. La mayor parte de trabajos mágicos realizados por un mago del caos tienden a estar centrados en un cambio palpable a nuestro alrededor, consista esto en una transformación personal, la consecución de un objetivo o lo que considere oportuno el practicante.

¿Y qué es un resultado para esta disciplina? Habitualmente una sucesión de casualidades, sincronicidades, que terminen concordando con nuestro objetivo, aunque también se dan manifestaciones más dramáticas e inexplicables. Se ha apuntado que esta fijación con los resultados puede llevar a una visión restringida y materialista de la realidad, donde lo único que vale es lo que podemos ver o tocar. Para solucionar esto podemos utilizar los propios axiomas de la magia del caos y trabajar en ámbitos no tangibles. Aunque en esos casos, como en los anteriores, lo mejor es mantener un saludable escepticismo y valorar cada experiencia por si misma antes que como una realidad objetiva. A mi juicio los resultados nos sirven fundamentalmente para dos cosas: confirmar nuestra capacidad de ir más allá de lo que entendíamos que es la realidad y navegar por ella con un conjunto de herramientas privilegiado.

– Servidores: Otra herramienta que ha ganado abundante fama desde la magia del caos son los servidores, construcciones mágicas creadas por el mago para que realicen tareas puntuales o de diferentes duraciones. Parte de su fama se debe también a su controversia. Hay quienes consideran a los servidores almas atrapadas, espíritus sojuzgados, demonios, vampiros psíquicos o inteligencias propensas a descontrolarse. Ante la falta de evidencias claras mi visión tiende más hacia tratarlos de acuerdo con el paradigma que se haya usado para crearlos.

 

¿Cuál es la finalidad de la magia del caos?

Este es un tema todavía abierto a debate, ya que en última instancia hay tantas finalidades como formas de entender la disciplina. Un punto de vista popularizado por muchos autores es que la función última de la magia del caos es proveernos de lo necesario, cumplir nuestros deseos y ayudarnos a alcanzar un yo longevo, sano y eficiente. Desde el principio han quedado prácticamente apartados temas como la trascendencia y la iluminación, aunque por suerte desde hace unos años están volviendo a aparecer gracias a autores como Alan Chapman, Duncan Barford o The Kite.

 

¿Qué podemos hacer con la magia del caos?

Esta pregunta, otra vez, tiene tantas respuestas como practicantes, aunque de diferentes testimonios podemos hacernos una idea de qué han ido consiguiendo quienes los escriben.

La primera y más fácil respuesta es conseguir lo que queremos. Salvar a nuestro perro, que nos contraten, una videoconsola nueva… El límite dependerá de nosotros mismos, nuestros deseos, nuestra habilidad para manifestarlos y las posibilidades de que lo buscado suceda.

Como comentaba antes, esta postura suele ser criticada de materialista, a lo que personalmente respondo que la cantidad de experiencias acumuladas durante la búsqueda de la manifestación suele ser más que suficiente para llevarnos hacia un crecimiento personal o una suite en el manicomio. Desde la persecución de nuestros deseos o como búsqueda en si misma tenemos el apasionante punto de explorar quiénes somos, qué es estar vivo y cuál es la relación entre el yo y la realidad en conjunto. Esto puede sonar a la anteriormente denostada metafísica, pero no es necesario llegar a esos lares. Nuestras experiencias nos van a dar nuevas visiones y formas de entender las cosas, y un mago que mantenga un mínimo de higiene mental les dará un valor funcional, pues en última instancia no tenemos forma de saber si nuestras certidumbres son en algún grado un reflejo de la realidad última. En el mejor de los casos estas experiencias nos llevarán a un aumento de nuestra libertad y, paradójicamente, de nuestra aceptación de lo que no hemos conseguido cambiar (aún, quizá).

Y por supuesto cualquiera puede decidir explorar el trascendentalismo usando las herramientas de la magia del caos y ver a dónde le lleva.

 

Referencias usadas para crear el texto:

Dave Lee (2016). I Was There – A History of IOT.

Dave Lee (2017- ). Tales of Magic. The Illuminates of Thanateros, British Isles Section, Blog.

The Illuminates of Thanateros (2002). The Book.

Javier Calvo (2014). La revolución psicodélica. El estado mental, revista número 1.

Imagen cortesía de Wikipedia.

 

Lecturas recomendadas:

Peter J. Carroll (1987). Liber Null and Psychonaut. El primer manual de entrenamiento para desarrollar capacidades mágicas siguiendo el método de la magia del caos. Fuertemente cargado del estilo oscuro del autor pero enormemente recomendable por sus perlas y métodos.

Alan Chapman (2008). Advanced Magick for Beginners. Una revisión de la magia del caos y de la magia en conjunto rescatando el concepto de la iluminación.

Grant Morrison (2003). Pop Magic!, en el Book of Lies: The Disinformation Guide to Magick and the Occult, de Richard Metzger. El breve y directo texto de Grant Morrison sobre cómo desarrollar la práctica mágica.

Jason Louv (2005). Generation Hex. Crónicas sobre el uso de la magia en primera persona por practicantes modernos. Se ve especialmente cómo era el estilo anglosajón de los 90.

Dean Radin (2018). Real Magic: Ancient Wisdom, Modern Science, and a Guide to the Secret Power of the Universe. La magia vista con rigor y método desde la perspectiva de la ciencia experimental.