366 sigilos

He decidido apuntarme a mi primer challenge, una de esas cosas que tanto les gusta hacer a los anglosajones. Me he permitido caer en la trampa por ser un tema que enlaza perfectamente con mi situación mágica actual: hacer un sigilo al día durante todo el 2024. Es la oportunidad para darme permiso a salir de la inercia inmovilista y comenzar a hechizar hacia todas las direcciones hacia las que mi deseo pueda dirigirme, y con esto también aprender a diferenciar el deseo de la apetencia, el querer del capricho.

El desafío en concreto viene de uno de mis magos del caos favoritos, Gordon White. Puedes encontrar su planteamiento aquí (en inglés), que resumiendo es realizar un miniritual cada día para entrar en contacto con lo sacro del deseo, para disfrutar del placer de hacer magia a diario y, para los principiantes, comprobar que la magia funciona (y cómo funciona). Os invito a participar, promete que va a ser todo un viaje.

Para los que no sepáis de qué va esto de los sigilos, es la técnica bandera de la magia del caos (aunque no es exclusiva de la corriente). Consiste en plantear un objetivo de forma clara y concisa y, con las letras que lo forman, construir un dibujo fácil de recordar. Una vez tenemos el dibujo hacemos un ritual todo lo simple o complejo que deseemos para lanzarlo.

La idea es experimentar libremente. Crear un ritual, usarlo, cambiarle cosas, probar distintas formas de lanzamiento… lo que se te ocurra. Como planteamiento base Gordon recomienda que el todo el proceso no lleve más de cinco minutos, ya que lo vas a hacer 366 veces y si es farragoso te podrá la pereza.

Por mi parte he creado este método base:

1º Escoge algo que desees. Para esto te recomiendo que hagas una lista de cualquier cosa que se te pase por la cabeza, sin cortarte. Apunta caprichos, objetivos profesionales, carencias en tu vida, lo que sea. Una vez tengas un buen puñado de ideas es momento de frenar y considerar cada una de ellas. Ya pensando con calma escoje lo que más te interese y apetezca (siempre que no entre en conflicto con otros deseos pasados, presentes o futuros).

Date permiso a pensar grande y pequeño. Que no te importe un día hacer un sigilo para la paz mundial y otro al día siguiente para tener mesa en el restaurante esa noche. Ya irás refinando tus deseos a medida que pasen los días, taches ideas y compruebes cómo se ha ido manifestando lo que has lanzado.

2º Formula el deseo de una forma clara y concisa, incluso telegráfica. Usa construcciones en positivo (no digas no voy a hacer una cosa, di lo que sí quieres para evitar o resolver esa cosa) y plantéalo como algo que ya has obtenido. Piensa que lo has obtenido, solo que no ahora, sino en el futuro.

Un ejemplo, me puse malo estos días y formulé como intención «yo sano». Simple, explícito y directo.

3º Convierte de la forma que prefieras el deseo en un dibujo. Simplifica y altera todo lo que necesites para obtener algo de tu gusto y que seas capaz de imaginar con los ojos cerrados.

Hay mil sistemas y el mejor va a ser siempre el que a ti te dé la gana usar. Para este reto he decidido que voy a coger la primera letra de cada palabra del deseo, las voy a escribir en un programa de edición de imagen y las voy a mezclar hasta que el resultado sea visualmente interesante.

Siguiendo con el ejemplo anterior, el deseo «yo sano» quedó reducido a «YS». Estas dos letras las combiné superponiéndolas, dando esto:

A estas alturas es conveniente disociar el deseo del dibujo. Cada elemento cumple su parte en esta ecuación, y el deseo explícito ya no nos es necesario. Cada vez que vuelva a nuestra mente habremos de aceptar su presencia y hacerlo a un lado gentilmente, centrando nuestra atención en lo que sea que nos ocupa. De lo contrario puede convertirse en una obsesión, y a no ser que a ti personalmente te funcionen las obsesiones estas tienden a bloquear la manifestación de los deseos.

4º Este es el primer paso del ritual de lanzamiento. Empezamos centrándonos e imaginando que nos unimos con las energías del cielo y la tierra.

Para hacer esto cerramos los ojos y hacemos una respiración profunda. Inhalamos hasta llenar los pulmones. Mientras imaginamos un rayo de luz cayendo del cielo y entrando por nuestra coronilla vocalizamos o imaginamos que vocalizamos la letra «I» hasta que se nos acaba el aire. Inhalamos otra vez y exhalamos con la letra «E» mientras visualizamos que el rayo de luz pasa por nuestro cuello. Inhalamos y exhalamos con la letra «A» mientras la luz pasa por nuestro pecho. Hacemos lo mismo con la letra «O» y nuestro estómago y la letra «U», con la que el rayo sale por nuestro perineo/suelo pélvico y entra en el suelo.

A continuación hacemos lo mismo a la inversa. De la tierra surge un rayo de luz que entra por nuestro perineo/suelo pélvico a la exhalación de la «U» y va subiendo con cada exhalación, «O», «A», «E», hasta salir por la coronilla con la letra «I».

Tómate tu tiempo, hazlo respirando lento y sin prisa.

5º Aquí es donde manifestamos nuestra intención. Pensamos en lo que queremos o lo decimos en alto usando la siguiente fórmula o similar: Es mi voluntad…

Con el ejemplo de «yo sano» pensé «Mi voluntad es yo sano».

6º Imagina el símbolo con los ojos cerrados. Por esto es por lo que ha de ser sencillo de recordar. Mantén la concentración en el símbolo. Con el mismo esfuerzo de tu atención mantenida suele ser habitual sentir cómo el símbolo deja de ser una imagen y pasa a ser «algo más», algo que se puede sentir hasta crepitante. Llegará un momento en el que sientas que el sigilo está ya cargado. Ahí siente cómo esa energía acumulada en el sigilo se libera en una especie de explosión, enviando tu deseo al universo, a tu inconsciente o a donde sea que tenga que ir para hacer su trabajo.

Si no sientes todos estos fuegos artificiales no pasa nada, el asunto funciona igual simplemente diciéndote a ti mismo «está hecho» tras concentrarte fijamente un rato.

7º Como has hecho antes con el deseo, olvida el sigilo. Si vuelve a pasar por tu cabeza reconoce su presencia y apártalo gentilmente centrando tu atención en lo que sea que estés haciendo.

8º Es momento de volver al «mundo real». Respira hondo e inhala profundamente. Exhala vocalizando o imaginando que vocalizas la letra «I» mientras una columna de luz te atraviesa verticalmente. Inhala y visualiza con exhalación de la letra «A» un plano de luz que se extiende desde tu corazón. Inhala por última vez y exhala con la letra «O» imaginando una esfera de luz que se extiende desde un par de dedos por debajo de tu ombligo. Deja la mente descansar en el silencio. Has terminado.

Este es un esqueleto prácticamente minimalista que se adapta a mi actual estado de ignorancia. Si controlas sobre planetas, decanos, signos del zodíaco, entidades… estoy seguro de que se te ocurrirán mil maneras de meterlos en el ajo y aprovechar su ayuda. De todas maneras ten cuidado, no vayas a acabar con un extenso ritual de lanzamiento que se convierta en un lastre. Recuerda que lo vas a hacer todos los días durante un año. Que permanezca lo más sencillo posible.

Pero… ¡ya llevamos no sé cuantos días de año! ¿Puedo empezar ahora?

No hay problema, haz varios sigilos al día hasta que recuperes, lanza varios juntos de vez en cuando, hazlos todos a la vez un día o lo que te apetezca más. El experimento es hacer un sigilo al día, pero no dejes que las reglas del juego se interpongan entre tú y tu disfrute. Haz varios a la vez cuando se te acumulen o no te sea posible hacerlo de otra manera.

Si llevas bien el inglés te recomiendo que sigas a Gordon en Rune Soup y te apuntes a su canal de Telegram, ya que irá aportando herramientas y sus propias experiencias sobre el reto. Además de esto en el canal podrás ver cómo abordan otras personas este mismo reto y sacar inspiración de sus métodos, éxitos y fracasos.

¡Salud y fortuna!

La imagen de cabecera ha sido tomada del post original del reto en Rune Soup.

Texto del taller “Sigilos. La transformación de la realidad. Introducción a la magia del caos”

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Taller impartido en Delfos Haitzuloa el 21.6.18

El texto se complementa con el vídeo de la charla

Imagen de portada por Olagar

Imágenes de sigilos cortesía de Wikipedia

Página del Liber Null encontrada en Chaos Tarot

Si lo prefieres aquí lo tienes en pdf

El enfoque de la charla

Esta charla es una breve explicación de los conceptos más básicos de la magia del caos. Siguiendo el consejo de Gordon White en su Star.Ships de buscar datos dentro de la ciencia dura que puedan llevarnos a ver con más claridad esta disciplina, acompaño los distintos apartados con datos proporcionados por el Dr. Dean Radin en su Real Magic. En él expone los diferentes estudios científicos que parecen confirmar las teorías mágicas antiguas y modernas.

La mayor parte de los estudios utilizados para apoyar la tesis del Dr. Radin son de la categoría seis sigma, lo que quiere decir que la probabilidad de fallo o desviación en la estadística o de procedimiento se reduce a un billón a uno. Usaremos también otros no tan verificados pero no por ello menos interesantes en su nivel de fiabilidad.

Para terminar el taller explicaré una herramienta sencilla y potente que se ha convertido casi en un distintivo de la magia del caos, los sigilos, con los que es posible experimentar desde el principio.

Cabe destacar que esta charla sólo muestra cómo entiendo la magia del caos en base a mis estudios y experiencias y no tiene por qué parecerse al enfoque de otras personas practicando la misma disciplina.

Introducción a la magia del caos

La magia del caos es un movimiento empezado en los 70 por los ocultistas Peter J. Carroll y Ray Sherwin entre otros. Comenzó como una exploración de la magia, tema candente en el ámbito anglosajón durante los 70. A partir de ahí, a medida que empezaban a adquirir dominio de la disciplina, empezaron a verse como una respuesta a la magia más practicada, la magia ritual, como la Wicca y la Thelema. Veían en ella un exceso de ritualización y de creencia ciega. Una vez obtuvieron resultados de distintas prácticas mágicas fueron destilando su propio sistema usando la filosofía de “y si quitamos esto ¿sigue funcionando?”.

Tuvieron mucha influencia de Aleister Crowley y de Austin Osman Spare, dos grandes ocultistas británicos del siglo XX. De Crowley tomaron su experimentación temprana con la tradición mágica, y de Spare sobre todo las teorías de la magia como reprogramación del inconsciente y los sigilos.

Dentro de la academia corrientes que inspiraron enormemente a este movimiento fueron la descripción del universo dada por la teoría matemática del caos y la física cuántica, el escepticismo deconstructivo del posmodernismo y las teorías del inconsciente del psicoanálisis, especialmente las de Carl Jung.

Por su mirada crítica, experimental e iconoclasta se le ha llegado a llamar la magia punk.

Los fundamentos

Las bases de su práctica son la acción de la voluntad sobre la realidad, la magia de resultados, la fe como herramienta, el salto de paradigma y el trance como acceso a la magia.

La voluntad sobre la realidad y la magia de resultados

Desde la magia del caos se afirma que nuestra voluntad afecta a la realidad, no solamente a la interna sino también a la externa, y no sólo a través de nuestros deseos conscientes, sino también desde los inconscientes.

Para apoyar esta afirmación vamos a usar como ejemplo algunos de los experimentos realizados o estudiados por Radin:

· Influencia sobre generadores de números aleatorios: La cantidad de veces que aparecía el número deseado por una persona proyectando su voluntad superaba las probabilidades dadas por la aleatoriedad. Éste entra dentro de los experimentos de la categoría seis sigma.

· Efecto de la comida bendecida sobre el ánimo: Unos trozos de chocolate bendecidos por unos monjes budistas consiguieron provocar una mejora de ánimo contra probabilidad de 24 a 1 en consumidores habituales de chocolate, de 10.000 a 1 en no habituales. Para evitar en la medida de lo posible el efecto placebo tuvieron en cuenta la susceptibilidad de las diferentes personas a los cambios de ánimo.

· Efecto de agua bendecida en el crecimiento de plantas: Realizar un experimento sobre cómo afecta el chocolate a humanos puede dar pie a acusaciones de subjetividad, así que decidieron probar con algo que no pudiera ser influenciado. Los mismos monjes bendijeron unas botellas de agua con las que se regaron en laboratorio unas semillas de las cuales se conoce perfectamente su comportamiento en ese ambiente. La mejora del crecimiento de la planta iba contra una probabilidad de 38 trillones a 1 de que ocurriera por sí misma.

Ya que nosotros no disponemos de laboratorios, conocimientos de estadística y del método científico ni un número de sujetos experimentales significativo, no nos queda más remedio que recurrir a medios más modestos para tratar de descubrir si efectivamente estamos afectando a la realidad con nuestras acciones mágicas. Para esto utilizamos al menos al principio de nuestra práctica la magia de resultados. Esta consiste básicamente en tratar de conseguir resultados que podamos comprobar, en realizar alteraciones en la realidad que podamos identificar con un mínimo de seguridad. Queremos hacer que sucedan cosas que estén directamente relacionadas con nuestra voluntad y ser capaces de señalárnoslas a nosotros mismos y señalárselas a otros.

La fe como herramienta y el salto de paradigma

Desde la perspectiva de la magia del caos la fe, la certeza, no es la verdad, sino una forma que tenemos de interpretar y dar nombre a la realidad tal y como la percibimos, entendemos, sentimos y pensamos. De ahí la adopción por parte de tantos magos del caos de la famosa paradoja “nada es cierto, todo está permitido”.

Que entendamos la creencia como una interpretación no la hace menos potente. Nuestra mente, la percepción de la realidad y las interacciones que llevamos a cabo con ella, nuestra sensación de qué se puede hacer o no a nivel moral y mecánico, todo esto se estructura en torno a nuestras creencias, y estoy de acuerdo con quienes dicen que estamos biológicamente creados para creer. Tenemos el impulso de extrapolar patrones de todo lo que vemos o vivimos para así poder hacer predicciones, para comprender cuáles son los mecanismos que rigen los fenómenos y anticiparnos para nuestro beneficio y supervivencia. Lamentablemente acabamos creyéndonos nuestras propias conclusiones, y por tanto limitándonos a nosotros mismos.

Cuando planteamos la fe como una herramienta lo que pretendemos es colocarla en el lugar de ayuda, no de regente. La creencia tiene una influencia muy poderosa sobre nosotros, y ese poder puede ser aprovechado.

Dean Radin nos ofrece un experimento con el que puso a prueba este planteamiento: Grupos de creyentes y no creyentes fueron reunidos para participar en un estudio de la influencia emocional que tenía sobre ellos un té bendecido con la intención concreta de mejorar su ánimo. Los no creyentes no tuvieron cambio de humor ni por efecto placebo ni por el té bendecido. Los creyentes que creían estar bebiendo té no bendecido tuvieron una mejora escasa. Por último, los creyentes que bebieron té bendecido y creían que lo estaban haciendo tuvieron una mejora de humor del 50.000 a 1.

Como reflexión personal, los resultados del experimento no sólo parecen apoyar este planteamiento, sino que además darían fuerza a la tesis que dice que si no creemos en el poder de una maldición o hechizo lanzado sobre nosotros será mucho más difícil que llegue a afectarnos.

La mejor forma en que el uso de la fe como herramienta queda reflejado es a través del cambio de paradigma. La forma más directa de esto es la creación de los espacios rituales, con sus aperturas y cierres. En este paréntesis que hemos abierto pasamos a creer completa y voluntariamente en las premisas del sistema simbólico que hemos escogido o montado, sin importar si fuera de ese espacio las creeríamos o no. Esta construcción, este teatro, esta fe, nos ayudan a superar las barreras a la manifestación de nuestra voluntad. Una vez nuestra voluntad ha adquirido manifestación a través de un paradigma ¿por qué no probar otros? Obtener resultados con diversos paradigmas diferentes nos libera de las garras de la creencia ciega, ya que si obtenemos resultados desde un paradigma psicológico, o pidiéndole algo a Odín, o a un ángel ¿significa esto que todo aquello de lo que hemos obtenido resultados es verdad? No necesariamente.

Las barreras a la manifestación y el trance

Visto todo lo anterior, si nuestra voluntad es supuestamente capaz de afectar a la realidad de una forma perceptible ¿por qué no podemos malear la realidad a nuestro antojo si cada uno de nosotros tiene esta capacidad? En el punto anterior he hablado de barreras, que tal y como las entiendo vendrían a ser:

· El conflicto de intereses: Todos deseamos a la vez, consciente e inconscientemente, y si existen otras formas de conciencia como dicen muchas tradiciones, esas conciencias probablemente desean también. Manifestamos la realidad entre todos, por lo tanto es complicado que de una forma automática la voluntad de unos vaya a imponerse notablemente sobre la de otros.

· La inercia de la realidad: No sabemos a ciencia cierta si las leyes de la física son universales e inamovibles, pero lo que sí sabemos es que tienen tendencia a cumplirse y a resistirse a la alteración.

· Nuestras propias barreras mentales: Dentro de nosotros tenemos creencias sobre cómo son y no son las cosas, qué es posible y qué no lo es. Tenemos estas barreras muchas veces a nivel inconsciente, por lo que incluso cuando comprendemos que la realidad no tiene por qué ser como la entendemos, estaríamos luchando contra esas creencias internas.

Se puede discutir en qué medida las barreras externas son superables o no, pero para superar como mínimo las barreras mentales utilizamos la fe como herramienta y el trance. Más adelante hablaré del trance y de cómo lo podemos usar.

Magia y moral

Una crítica habitual a la magia del caos es que al buscar resultados materiales lo que estamos haciendo es abandonar por completo el desarrollo espiritual y practicar la magia negra. Mi respuesta es que la búsqueda de resultados materiales, aunque se relaciona popularmente con la magia negra por la persecución de lo terrenal en vez de lo espiritual, no tiene por qué negarlo. Descubrir qué queremos que ocurra o que no ocurra a través de la práctica, aprender de nuestros errores, replantear nuestras perspectivas morales según nuestras experiencias, todo esto me parece adecuadamente espiritual si el practicante se molesta en analizar sus resultados y se hace responsable de su impacto en el mundo. Y muchas veces no nos queda más remedio que analizar, lo que hacemos nos acaba afectando de una forma u otra al cambiar las circunstancias que vivimos.

En la cultura budista/hinduista se avisa a los practicantes de que no busquen los poderes, que estos aparecerán durante el desarrollo de la práctica de meditación pero que no les presten atención para evitar quedarse atascados en ellos. Aquí lo que estamos haciendo es seguir directamente el camino de los siddhis, los poderes. Este camino nos va a transformar y, si el practicante lo busca o no se opone, considero que nos va a llevar al mismo destino, el desarrollo espiritual y la Gran Obra, identificada por algunos con la iluminación.

Esta actitud experimental puede llevar a pensar que la magia del caos es inmoral, cuando es mejor entendida como amoral. Es responsabilidad de cada practicante decidir su ética y, a ser posible, desarrollarla por medio de la experimentación de diferentes formas de vivir. Algunos incluso dicen que el practicante ha de mantenerse por siempre amoral. Este punto, como tantos otros, queda a la discreción de cada uno de nosotros.

Siguiendo con la crítica, si nos planteamos que influir a otros es incorrecto deberíamos inmediatamente dejar de hablar, de debatir, de expresar opiniones o de juzgar las acciones de otros, ya que todo esto y más es influir a otros.

Otro punto a tener en cuenta es que si efectivamente manifestamos nuestra voluntad consciente e inconsciente a todas horas qué mejor que aprender a hacerlo, decidir por nosotros mismos qué consideramos adecuado o correcto en vez de ignorar los posibles resultados de la proyección automática de nuestra voluntad.

Dicho de una manera algo más inflamada: La magia es política, es contestataria, es libertaria. Si aceptamos los preceptos de la magia afirmamos que todo ser humano tiene poder. Toda aplicación del poder implica una decisión, y toda decisión no tomada es una invitación a que otro la tome por nosotros. No tomar nosotros mismos las decisiones es regalar nuestra libertad por miedo, pereza o por la reconfortante pero falsa sensación de que este regalo está exento de responsabilidad o consecuencias.

Introducción a los sigilos

Qué es un sigilo

Sigilo significa literalmente sello. Como tal es una representación simbólica. Para servir a los objetivos de este taller lo vamos a entender como la conversión de un deseo, una voluntad, en un símbolo abstracto. Con él pretendemos facilitar el proceso de la manifestación de nuestra voluntad, superando las barreras mentales con el uso del trance.

Desde un paradigma psicológico el sigilo toma un deseo consciente y lo transforma en un deseo inconsciente, permitiendo que el poder de nuestra mente manifieste sin la interferencia de nuestras contradicciones y bloqueos. Hay muchos otros paradigmas, muchas otras formas de entender los mecanismos de la magia, así que investiga y experimenta.

Sigilos clásicos

Es muy probable que los sigilos como tal hayan existido desde que nuestros ancestros empezaran a desarrollar pensamiento simbólico. Por poner unos pocos ejemplos de composición de sigilos: tenemos las runas ligadas nórdicas, donde las diferentes runas se unían para crear un mensaje, un sello identificativo o para transportar un propósito mágico. Otro ejemplo son los cuadrados mágicos, sigilos en si mismos o recursos para generar sellos de entidades o símbolos mágicos.

Runas ligadas de la palabra runaʀ en la piedra rúnica de Sønder Kirkeby, Dinamarca.

Sello de Hagiel obtenido colocando los valores numéricos de sus letras en hebreo sobre el cuadrado mágico de Venus.

Sigilos modernos: Spare y Carroll

Los sigilos tal y como son populares hoy en día surgen a partir del interés de los primeros magos del caos por la magia a la vez críptica y práctica del mago y dibujante londinense Austin Osman Spare. Él fue el primero en exponer una forma sencilla de crear estos vehículos de nuestra voluntad en su The Book of Pleasure de 1913. El camino recorrido a partir de ahí ha sido impresionante, aunque eso lo dejaré para posteriores talleres.

Este es un ejemplo de un fragmento de página de Spare, lleno de sigilos y símbolos mágicos de su alfabeto del deseo.

Debajo vemos la página del Liber Null (no sé si manuscrito original o copia manual) donde Peter Carroll explica tres sistemas de sigilos: el alfabético, el gráfico y el mántrico.

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Creación de sigilos

Para crear un sigilo lo primero es plantear un objetivo. ¿Qué quieres que ocurra? Este paso es muy importante, ya que el plantear tu voluntad de una forma clara y concisa con la intención de manifestarla es el auténtico hecho mágico.

El enfoque de este taller es práctico y experimental, así que mejor empezar con cosas sencillas y que podamos comprobar por nosotros mismos. Esto tiene dos intenciones: la primera es que obtener resultados nos ayuda a creer en el método y, como hemos visto en el poder de la fe, es un factor nada desdeñable. La segunda es que considero más práctico empezar poco a poco, tanteando la realidad para ver qué está a nuestro alcance y qué no.

No te limites a hacer lo que crees que podría ocurrir, lo que creas que es posible. Pruébalo todo, te sorprenderá la cantidad de cosas de cosas que consideras imposibles que luego resultan no serlo.

Cómo plantear mejor los objetivos: grandes y pequeños objetivos

Cuando trabajamos con sigilos es tentador pensar en hacer algo grande, en ir directamente al ambicioso objetivo final sin fijarnos en qué proceso puede ser necesario para que eso ocurra. Por poner un ejemplo tremendamente desmesurado, podemos decidir que nuestra voluntad es “paz en el mundo”. Yendo más allá de si esto es imposible o no, la cantidad de pasos necesarios para que suceda y la cantidad de intereses enfrentados hace que lanzar un único sigilo con este propósito resulte, muy probablemente, en un fracaso inmediato.

La mejor forma para abordar un objetivo medianamente complejo es dividiéndolo en pequeños objetivos para poder ir acercándonos poco a poco, mientras hacemos los ajustes necesarios y vemos las diferentes líneas de acción disponibles y deseables para nosotros. Así además podemos ver qué puntos de los que nos pueden llevar a nuestro objetivo son los más vulnerables, esto es, los que tienen más posibilidades de manifestación, y actuar sobre ellos.

Sistemas complejos

Si hacemos caso a las teorías de la física del caos, nos movemos dentro de sistemas complejos con comportamientos impredecibles dentro de dinámicas predecibles. Quien quiera saber más sobre esto que le eche un vistazo a uno de los libros que inspiró a Carroll, Chaos. Making a New Science (Caos: La creación de una ciencia) de James Gleick. De momento con lo que nos vamos a quedar para no entrar en grandes complicaciones es que estos sistemas se comportan de forma lineal hasta que hay pequeñísimos cambios en ciertos puntos, momento en el que cambia la dinámica completamente. Una forma muy gráfica de ilustrarlo es con la metáfora del efecto mariposa, donde el batir de alas de una mariposa en Pekín causa un tornado en Tejas. Esto no quiere decir que la mariposa por si misma tenga el poder para causar ese tornado, sino que su acción en un momento concreto de un sistema complejo como es el clima genera toda una serie de eventos en cascada que se materializan en Tejas en forma de tornado (entre muchas otras cosas en otros lugares).

De la misma manera puede que nuestras acciones generen cadenas igualmente poderosas. Teniendo esto en mente se puede hacer una ampliación del planteamiento anterior de trabajar en pequeños objetivos. Si cabe la posibilidad de que nuestras acciones generen enormes cambios ¿por qué no apuntar directamente al objetivo grande? Construimos el sigilo para nuestro gran objetivo y lo lanzamos. Así habríamos plantado un imán en el futuro que habrá de atraer la realidad hacia él mientras en el presente trabajamos en objetivos más pequeños, construyendo paulatinamente un camino hacia la manifestación del gran objetivo.

Radin nos ilustra con un experimento que puede arrojar luz sobre el hecho de plantar un objetivo en el futuro. En este caso se pretende conseguir que presionando un botón cien veces suene el máximo posible un fragmento de audio en vez de un chasquido, los cuales tienen 50% de posibilidades cada uno de sonar. El resultado fue un amento de la probabilidad de que sonara el fragmento de audio de 10.000 a 1.

Cuidado con lo que deseas

A la hora de plantear nuestra voluntad es recomendable darle unas cuantas vueltas. En primer lugar muchas veces pensamos que sabemos exactamente lo que queremos, pero sólo estamos viendo lo que hay en nuestro consciente, y seguramente ni siquiera con mucha claridad.

Más allá de esto está que tenemos una cantidad de información a nuestra disposición muy limitada, y por mucho que nuestros cerebros sean supercomputadoras biológicas tampoco parece que sepamos utilizarlos muy bien a voluntad. Esto suele llevar a que la manifestación de nuestros deseos muchas veces no sea como esperábamos, o puede que descubramos que lo que creíamos querer no es realmente lo que queremos. Si nos mantenemos medianamente prudentes y abiertos esto no tiene por qué ser un gran problema (a no ser que la liemos mucho, claro). De la manifestación de nuestros deseos obtenemos mucha información sobre qué queremos, cómo somos y cómo parece funcionar la realidad, así que podemos aprender de nuestros sucesivos intentos.

Está también el tema de que las barreras a la manifestación tienen su lógica interna. Dadas nuestras creencias y estructura mental las barreras suelen cumplir la función de protegernos de nuestras tensiones emocionales y psicológicas. Muchas veces esto parece ser un exceso de celo por parte del cerebro, otras no lo es y nos encontramos enfrentados a más de lo que podemos abarcar. Sé cuidadoso, analízate a ti mismo con el máximo de objetividad y procura no provocarte una enfermedad mental irreversible.

Cómo encapsular un deseo en un sigilo

Una vez escogido el deseo vamos a utilizar una de entre las múltiples versiones del método de Spare, que he elegido por ser sencilla y vistosa.

· En primer lugar escribe la frase que has escogido para representar tu voluntad.

· A continuación elimina las letras repetidas. Esto te dejará con un puñado de letras sin sentido, que es el primer paso de la abstracción.

· Combina las letras restantes a voluntad haciendo un dibujo con ellas. Simplifica este dibujo hasta que creas que puedes imaginarlo sin perder detalle. No importa si es bonito, feo, artístico o lo que sea, lo que importa es que tengas la sensación de que el dibujo que estás haciendo es un símbolo mágico portador de tu voluntad, que es el símbolo que te sirve. Dedícale el tiempo y el papel que haga falta.

· Escoge el sigilo final. Ya está listo para ser cargado.

En el primer ejemplo del manuscrito de Carroll puedes ver el proceso de creación paso a paso.

Antes de cargar

En la página Sigil Daily dan un método interesante para tratar de minimizar el impacto de nuestros propios errores, y es escuchar a nuestras emociones antes de lanzar los sigilos. Antes de lanzarlo para un instante, obsérvalo fijamente y recuerda el objetivo. Mientras haces esto observa tus sentimientos y trata de notar tus reacción ante el sello y su significado. Si sientes que expresan lo que quieres conseguir, adelante, sigue con la activación. Si por el contrario sientes contradicciones párate a observarlas. Si son problemas emocionales a los que consideras que quieres o puedes enfrentarte, adelante. Si sientes que estas barreras pueden ser realmente problemáticas o que el sigilo no expresa lo que quieres conseguir, abandona la activación y vuelve a diseñarlo desde el principio, desde la misma declaración de intención. Esto puede implicar desde un rediseño de cinco minutos hasta un largo período de pensamiento y planificación. Tú decides, es tu realidad.

Cómo cargar un sigilo. Los estados de trance

Técnicamente no es necesario entrar en trance para proyectar nuestra voluntad, pero quien lo haya intentado habrá comprobado una y otra vez que no suele ser así de sencillo. Nuestras barreras y nuestras circunstancias nos dificultan manifestar a voluntad, así que hemos de ordenar lo interno y lo externo lentamente o utilizar un método de trance (personalmente prefiero usar los dos, cada uno a su tiempo y ritmo).

Con trance quiero decir un estado mental en el cual nuestra mente se vacía de pensamientos, o se desentiende de ellos, y en el que nuestra conciencia permanece. Desde nuestra perspectiva occidental este tipo de estado nos parece imposible por estar acostumbrados a relacionar directamente pensamientos con mente, pero no es así. Cualquiera que practique sistemas de trance lo suficiente se dará cuenta enseguida, pero este es un tema para desarrollar en otro momento.

El estado mental al que pretendemos acercarnos es el conocido por los gnósticos como gnosis y por los budistas como samādhi, por dar algunos nombres.

Siguiendo a mi manera la clasificación de Carroll divido los métodos de trance en dos categorías:

Trance por inhibición:

· Concentración exclusiva. Toda nuestra atención se centra en algo (o en nada, si somos capaces de conseguirlo) hasta que en nuestra mente haya un espacio vacío. Lo podemos alcanzar a base de meditación en la respiración o no-meditación (meditación en el vacío), por ejemplo. En la sección de contemplación doy instrucciones sobre como trabajar estos métodos y algunos más de los que nombro.

· Observación focalizada de un objeto o imagen.

· Observación intensa de nuestros ojos en un espejo. Este método incluye sorpresas perceptivas y mentales de todo tipo que para este propósito es mejor ignorar.

· Falta de sueño. Una considerable falta de sueño. Digamos que unas 48 horas te empiezan a colocar ya en otro mundo. Cuidado con las repercusiones a la salud de este método.

· Ayuno. Otro método a manejar con cuidado.

· Agotamiento por ejercicio intenso.

· Agotamiento por postura. Por ejemplo adoptar una postura de yoga y mantenerla hasta la extenuación.

· Drogas hipnóticas. Aparte de que muchas de ellas son ilegales, es prudente estar bien informado, conocer los efectos secundarios, las efectos sobre la salud, la toxicidad de las sustancias y aquello con que las hayan cortado, el peligro de adicción y cómo funcionan. Atención también a la dosis o terminaremos demasiado pedo como para poder concentrarnos en lo que estamos haciendo. Es también conveniente que alguien sereno y de confianza actúe de niñera por si hay algún contratiempo. Para más información sobre el uso de drogas con seguridad conviene echar un vistazo a las páginas de Energy Control y Erowid.

· Privación sensorial. Otro método lleno de sorpresas para nuestra mente y sentidos.

Trance por excitación:

· Excitación sexual. En el momento de máxima excitación, y sobre todo durante el orgasmo, se produce un vacío mental de segundos, minutos si estamos acostumbrados a percibirlo y obtenemos el placer suficiente. Cuanta más excitación, más posibilidades de un trance prolongado. Este es uno de los motivos de la existencia del tantra sexual.

· Extremos emocionales. Nos provocamos a nosotros una emoción intensa. Cualquiera vale, pero por desgracia nos suele ser más sencillo conseguir picos emocionales con emociones negativas como rabia o miedo.

· Dolor. Otra forma de entrar rápidamente en trance y que puede ser bastante profunda. El problema es que aparte de que tenemos que andar con mucho cuidado para no causarnos daños irreparables, el cuerpo tiene un método de supervivencia llamado aumento de tolerancia al dolor. Cuanta más intensidad y frecuencia suframos dolor, más se acostumbrara el cuerpo a él, por lo que es posible que cada vez tengamos que hacernos más daño para entrar en trance.

· Concentración en una acción repetitiva. Esto puede ser el correcto caminar de los monjes budistas, bailar o cualquier otra actividad que reclame toda nuestra atención y nuestro dejarnos llevar.

· Canto. Puede ser canto en si o recitación mántrica.

· Tocar un instrumento. Por sencillez y por supuesta sincronización del corazón con el ritmo suele usarse un tambor.

· Drogas estimulantes y alucinógenas. Todos los avisos y consejos de las drogas hipnóticas se aplican también a esta categoría.

· Hiperventilación. Cuidado con mareos y desmayos.

· Saturación sensorial.

Los métodos de trance son potencialmente compatibles, así que experimenta a placer. Eso sí, infórmate antes porque según qué mezclas hagas pueden ser muy poco recomendables.

Una vez hemos escogido el método de trance y lo hemos puesto en práctica deberíamos ir acercándonos a ese punto vacío que buscamos. Llegados ahí (o lo más cerca posible) es el momento de imaginar o mirar el sigilo, permitiendo que toda la tensión acumulada para generar el estado se libere sobre él.

Hay quien recomienda no pensar en el significado al cargar mientras otros dicen que es imprescindible hacerlo. Experimenta tú mismo.

La sensación del momento de carga o lanzamiento del sigilo es, por su extraña naturaleza no verbal, prácticamente indefinible. Como mucho puedo intentar describirla como el acto de arrojar el sigilo al mundo, a nuestra mente, al inconsciente colectivo… sin sentir ansiedad, duda, nerviosismo…, sólo certeza de que el resultado está en camino y tranquilidad. Puede que tú sientas otras cosas, así que para variar te diré experimenta y explora el estado.

La actitud necesaria para manifestar resultados

Una vez lanzado el sigilo es el momento de volver al mundo. El sigilo está cargado, así que ahora nos queda seguir con nuestra vida. En esta fase se suele recomendar olvidar completamente el sigilo y su objetivo. Ante esto muchos entramos en la paradoja de “no pienses en un elefante rosa”. Tratar de olvidar algo es casi un incentivo para recordarlo, así que ¿qué actitud tomar?

Lo primero es no esperarlo, no estar buscándolo por todas partes. Sabemos que hemos hecho el trabajo mágico, sabemos que va a tener resultados, así que no necesitamos reforzar nuestras barreras mentales alimentándolas con dudas. Esto no quiere decir quedarse de brazos cruzados haciendo nada con la esperanza de que venga a nosotros. A veces es necesario que ayudemos a la manifestación trabajando en nuestro día a día, abriendo posibilidades a que ocurra o al menos no cerrándoselas. Otra veces sí que nos corresponde no hacer nada porque no hay nada en particular que podamos hacer, así que continuar con nuestra vida normalmente es lo mejor en ese caso. Y si el sigilo o el deseo nos vienen a la cabeza, lo mejor que podemos hacer es observarlos y pasar a otra cosa con naturalidad y sin preocuparnos por ello.

Carroll y Sherwin hablan de una actitud para permitir la manifestación llamada no apego/no desinterés. Quien entienda de budismo sabrá de lo que estoy hablando. Quien no, es una actitud que requiere de práctica y dedicación para desarrollarla. En un burdo resumen, consiste en no sentir ansiedad, anticipación o nerviosismo por algo a la vez que sentimos interés por que lo que sea que hayamos llamado a suceder.

Ideas para experimentos con sigilos

La mejor manera para comenzar a practicar con sigilos es con objetivos que no tengan ninguna significación material o espiritual para nosotros. Así iremos entrenando la capacidad de desear sin ansiar, de manifestar proyectando nuestra voluntad.

Estas son algunas ideas más o menos lúdicas para empezar a manifestar resultados:

· Oír una palabra/canción/referencia a una película concreta al día siguiente.

· Encontrar un billete de 20€ en el suelo/un objeto perdido/una moneda/un pokémon raro…

· Que nos llame/encontrarnos con una persona concreta.

· Que alguien sueñe con nosotros y nos lo cuente.

· Ver una persona vestida de un color concreto o con unas características concretas.

· Ser invitados a desayunar/comer/cenar/un concierto…

· Que un animal concreto se nos acerque.

· Que el clima de un día concreto sea el que indicamos.

La naturaleza de los resultados

A todos nos ha pasado muchas veces que pensamos en alguien e inmediatamente después nos llama o nos lo encontramos. Solemos pasar por alto estas cosas considerándolas coincidencias. Sin embargo si te paras a contar las coincidencias tienden a parecer demasiado numerosas. ¿Quiere decir esto que nosotros hemos provocado que nos llamaran? ¿O que hemos sentido que nos iban a llamar? ¿O que nos hemos comunicado telepáticamente y despertado sus ganas de llamar? No lo podemos saber a ciencia cierta a nuestro modesto nivel de empirismo, pero lo que sí que podemos hacer es experimentar. Intentar que las cosas ocurran según nuestra voluntad y observar si es así.

Haciendo esto veremos que los resultados a nuestras proyecciones suelen manifestarse como casualidades o cadenas de ellas, lo que usando el vocabulario de Jung ha venido a llamarse sincronicidades, casualidades significativas. Cuando los resultados no se manifiestan de una forma innegable y arrolladora no nos queda más remedio que coger estas casualidades, observarlas y preguntarnos ¿esto lo he hecho yo? Puede que sí, puede que no. En el fondo no tenemos una forma infalible de saberlo (a no ser que participemos en uno de los experimentos del Dr. Radin, por ejemplo), así que lo mejor es prudencia. Se acepta la sincronicidad como un posible resultado y como una posible casualidad y se disfruta de ello. Esta es una buena receta para la salud mental al usar la magia.

Hablando de salud mental, hay una serie de tendencias que es importante evitar para no perderla:

· Que dos cosas pasen una detrás de otra no quiere decir que estén relacionadas. No es conveniente establecer relaciones causa-efecto muy rápido cuando no podemos saber cómo ha ocurrido lo que ha ocurrido.

· El sesgo de confirmación, nuestra tendencia a ver lo que creemos que vamos a ver y no ver lo que no creemos que pueda ser, nos puede llevar a engaño. Sé crítico con tus propias conclusiones.

Visto lo visto creo que lo mejor es probar y probar a ver qué ocurre hasta que nos aburramos o veamos resultados que nos lleven a pensar que esta es una herramienta que efectivamente nos puede resultar útil.

Para saber más del tema y fuentes varias

Peter J. Carroll (1987). Liber Null and Psychonaut

Austin Osman Spare (1913). The Book of Pleasure

Dean Radin (2018). Real Magic

Frater U.·.D.·., alias Ralph Tegtmeier (1988). Sigillenmagie in der Praxis, publicado en inglés como Practical Sigil Magic (1990)

El foro de los DKMU

Sigil Daily

Una semana de ocultismo en letras, imágenes y sonido, 25/6/18

Creación sencilla de sigilos: una guía práctica

«Uno de los mensajes que recibo más habitualmente es algo así: ‘¿Cuál es tu proceso para hacer sigilos? No puede ser tan sencillo como combinar letras, así que ¿cuál es el secreto?’

La verdad es que no hay secreto. Hacer sigilos realmente muy sencillo. Cualquiera puede hacerlo. Incluso para un completo novato el proceso no tiene por qué ocupar más que la pausa del café. Aunque hay muchos, muchos métodos para crear sigilos (cuadrados mágicos, dibujo automático, superposición de cuadrículas…) el método no es que importe mucho.

(…)

Como puedes aquí ver he usado el método más básico para crear sigilos. He escrito el texto y he separado las consonantes de la frase. Aunque hay una tradición ‘ocultista’ tras este método no me quedaría con que es la forma ‘correcta’ de hacer un sigilo. No es mejor que ningún otro método, es simplemente más sencilla de explicar.

Este primer paso pretende abstraer las palabras coherentes en un conjunto de letras menos coherentes. Las palabras dejan de tener sentido pero el símbolo tras la intención del sigilo se mantiene. Para hacerlo sencillo (y acelerar el siguiente paso) ordeno las letras en una cuadrícula.

El siguiente paso es abstraer aún más las letras que quedan. Aquí simplemente he empezado a combinar los elementos de las letras. Generalmente empiezo eligiendo dos letras de la cuadrícula de consonantes y combino líneas, curvas, puntos y otras partes de esas letras.

(…)

A partir de aquí suelo jugar con unas cuantas ideas, combinando los elementos de los símbolos sobre la marcha. A veces las ideas vienen solas (…), pero a veces me puede llevar páginas y páginas de bocetos conseguir el que me gusta. (…)

Una vez que he conseguido un diseño que me guste es el momento de empezar con el diseño final. Como en cualquier otra fase del proceso no hay una forma ‘correcta’ de hacerlo. (…)

Como puedes ver hacer sigilos no tiene mucho misterio. Ni debería tenerlo. Los sigilos tratan de centrar la intención, e incluso unos cuantos garabatos en una libreta pueden convertirse en un perfecto sigilo si están apoyados por la intención correcta. (…)»

Simple Sigil Creation: A How-To Guide, por Sigils Daily en su blog (11.8.17, en inglés).

 

Creación y activación (de sigilos)

«(…) Aunque hay muchas, muchas variaciones de los rituales para crear y activar un sigilo a continuación presentamos la versión más adecuada para principiantes.

(…)

Creación básica de sigilos

Un sigilo es un símbolo. En este contexto es un símbolo que representa un objetivo, deseo o ambición específicos que te gustaría traer a tu vida. Aunque un sigilo es una herramienta poderosa es importante entender que no hay nada inherentemente sobrenatural al respecto. Simplemente dan forma concreta a una idea y nos ayudan a concentrar todo el poder de la mente inconsciente para que haga de la idea una realidad.

(…)

Paso 1: Genera un ambiente silencioso y sin distracciones. (…) La magia del caos consiste en llevar un deseo o una intención un paso más cerca de ser realidad, y cuanto menos distraídos estemos a la hora de crear y activar el sigilo mejores resultados habrá. (…)

Opcional: Crea un área de concentración. Uno de los motivos prácticos para las cosas como los ‘círculos de protección’ que se ven en la ficción ocultista popular tiene poco que ver con nada sobrenatural. Se trata de crear un área física todo lo que hay a tu alrededor refuerce el ritual. Crear un círculo a tu alrededor compuesto de cosas que te resultan importantes o que tiene una fuerte relación con el sigilo que vas a crear ayuda a mantener la mente centrada durante el proceso de creación. En la misma línea, apagar las luces y trabajar a la luz de unas pocas velas ayuda a mantener en las sombras las distracciones de día a día por al menos la duración del ritual. Algunas personas encuentra de ayuda para la concentración cierta música, mientras que otras encuentran que les distrae demasiado. Mientras te sirva para mantenerte concentrado los detalles no importan.

Paso 2: Silencia tu mente. (…) No necesitas meditar o entrar en trance. Simplemente necesitas cerrar los ojos y hacer una docena de respiraciones profundas. Vacía tu mente de pensamientos durante un momento. Una vez hayas terminado deberías se capaz de poner más atención en la tarea.

Paso 3: Escribe tu objetivo o deseo en una sola frase. Sé claro, sucinto y específico. (…)

Paso 4: Tacha las vocales. (…)

Paso 5: Vuelve a escribir agrupadas las letras que quedan. (…) Una forma sencilla de hacerlo es escribirlas en círculo o en cuadrícula (…).

(…)

Paso 6: Reordena las letras hasta que obtengas un nuevo símbolo. Esto es parte de la diversión y no hay forma correcta o incorrecta de hacerlo. Juega con las formas hasta que obtengas un símbolo que, para ti, tenga la forma adecuada. Combina las líneas de unas letras y las curvas de otras, coloca unas letras encima de otras, elimina las letras que no encajen, haz nuevas formas. No le des demasiadas vueltas. Tienes un montón de papel, así que aboceta hasta que hagas algo que te guste. Cuando tengas el símbolo correcto lo sabrás.

Opcional: Activa inmediatamente el sigilo. (…) Algunas personas prefieren activar el sigilo inmediatamente, otras prefieren dejar que el significado del sigilo se asiente. Los rituales de activación son bastante simples pero requieren de su propia preparación de dedicar algo más de tiempo. El sigilo va a funcionar igual, así que tú mismo.

Paso 7: Felicítate y vuelve al mundo. (…) Aunque no lo hayas visto has hecho un acto mágico. Respira hondo. Observa el sigilo que has creado. Es una obra de arte única que contiene forma y significado. Existe porque la has investido con tu intención y ha sido traída al mundo con tus manos. nadie más en el mundo sabe qué significa este símbolo. Es poderoso y es absolutamente tuyo. (…) lentamente regresa al mundo, observando cualquier diferencia en tu percepción de tu alrededor y de ti mismo.

Adicional: Una vez que le has cogido el truco a hacer sigilos puedes simplificar el proceso. las instrucciones anteriores son para primerizos. Una vez que has aprendido los pasos básicos seguramente te darás cuenta de que no necesitas el trabajo preparatorio. Serás capaz de entrar en un estado mental perfecto para hacer sigilos prácticamente en cualquier lugar, incluso en medio de una cafetería abarrotada. (…)

Activación de sigilos básica

Cuando creas un sigilo lo estás invistiendo de importancia emocional. Cuando oigas a practicantes de magia hablando sobre la ‘energía’ de un sigilo, ritual o hechizo normalmente se referirán a esta inversión emocional. Sin embargo para que un sigilo sea efectivo se requiere más que la energía invertida en su creación. Necesita ser ‘activado’.

En el proceso de creación has acumulado una cantidad sustancial de tensión psicológica, emocional y creativa alrededor del símbolo. Para que el sigilo (y tu inconsciente) haga su trabajo tienes que liberar esa tensión. A esto se le llama ‘activar’ el sigilo, aunque a veces verás que se le llama también ‘consagrar’, ‘cargar’ o ‘descargar’. Hay tantos métodos para activar un sigilo como hay practicantes de magia sigilada, pero todos ellos tienen en común el tema de la acumulación y liberación.

(…)

Paso 1: Genera un espacio silencioso y sin distracciones. (…)

Opcional: Crea un área de concentración. (…)

Paso 2: Silencia tu mente. (…)

Paso 3: Enciende una vela y ten a mano el cuenco. Cuando entres en la siguiente fase de la activación te vendrá bien tener la vela encendida y el cuenco ignífugo cerca. Asegúrate de retirar cualquier cosa inflamable de la zona.

Paso 4: ‘Invoca’ el sigilo. (…) Si ya tienes el sigilo que has creado en la mano (si lo acabas de crear, por ejemplo) ya lo has ‘invocado’. Si no simplemente tendrás que dibujarlo otra vez en un trozo de papel. (…) No te preocupes de si eres un gran artista o no, lo importante es la intención tras el sigilo, no el ser un perfecto calígrafo. Mientras lo veas bien, funcionará bien. También puedes dibujar un sigilo preexistente, lo que es una perfecta forma de activar un sigilo que no hayas creado tú (…). El acto de redibujar el sigilo ayuda a traer toda la inversión emocional (la ‘energía’) de tu inconsciente a tu mente consciente.

Paso 5: Céntrate en lo que el sigilo representa. Mira el símbolo que has creado y recuerda por qué lo querías. Mira las formas y ángulos. ¿Te habla de tu objetivo, deseo o ambición? Ahora que has identificado qué es lo que quieres ¿estás preparado para liberar esa ‘energía’ (así como la tensión psicológica, creativa y emocional que representa) y dejar que la magia haga su trabajo? Escucha tus emociones. Siempre cabe la posibilidad de que lo que realmente quieres no esté en lo que el sigilo representa, en cuyo caso no tiene mucho sentido activarlo. (Si pasa eso usa lo aprendido y repite el proceso de creación del sigilo para hacer uno nuevo. No debería llevarte más que un momento y loo puedes hacer en el momento.) Una vez que sientas que todo está correcto ve al siguiente paso.

Paso 6: ‘Descarga’ el sigilo. Hay muchas formas de ‘descargar’ la inversión emocional del sigilo, y en este caso simplemente vas a quemar el papel en que lo has dibujado. Préndelo por un extremo y colócalo cuidadosamente en el cuenco (…). Obsérvalo arder e imagina que que toda la inversión emocional que has hecho en el sigilo, así como la idea que representa, se transform en una forma nueva hecha de fuerzas universales de luz y calor. Imagina la luz y el calor radiando sobre este momento, sobre tu pasado y tu futuro. Imagina el brillo de la pequeña luz del sigilo extendiéndose por toda tu vida. Obsérvalo hasta que se apague la llama.

Nota: No te preocupes si la llama se apaga accidentalmente durante este proceso. Eso no quiere decir que la activación del sigilo haya fallado ni nada sobrenatural. Algunos papeles arden mejor que otros. Simplemente vuelve a encender lo que queda del papel. El poder de este paso viene de la intención de liberar la tensión tras el sigilo, no de si un trozo de pulpa de madera prende o no.

Paso 7: Déjalo ir. Una vez la llama del papel del sigilo se ha apagado el sigilo se ha descargado. (…) El proceso ha empezado y no necesita tu atención. Olvida el sigilo y lo que representa. Funcionará igual, aunque no vuelvas a pensar en ello. Esto no significa que debas esquivar el sigilo o cosas así. ¡Es una pieza artística y la has hecho tú! Pero ahora que se ha descargado piensa en ello como en algo similar a un souvenir.

Respira hondo y felicítate. ¡Has hecho magia! Si sientes la necesidad de reírte ante el absurdo de la idea, hazlo. Pon un poco de música o algo así, cambia de estado mental. Es hora de volver al mundo. Seguramente te sentirás algo más ligero y puede que percibas el mundo a tu alrededor de forma un poco diferente. Es normal, disfruta de la sensación.

Adicional: Comprado el billete disfruta el viaje. Los siguientes días verás pequeñas cosas que te recordarán al sigilo que activaste. No las rechaces. No las desestimes aunque parezcan pequeñas. Es el proceso empezando a trabajar, paso a paso, para traer tu intención a la realidad. Cuanto más abierto estés a estos cambios más rápido actuarán.

Sin embargo es importante apuntar que tus decisiones juegan un papel enorme en cuán efectivo será el sigilo. Si el sigilo trata sobre conocer a una nueva pareja sentimental, por ejemplo, estaría bien que te plantearas el ir a algún lugar en el que esto pueda ocurrir. Permanecer en casa con las cortinas echadas, las luces apagadas y sin responder a la puerta es trabajar activamente en contra de lo que quieres. No esperes que el sigilo haga todo el trabajo por ti. Ya has comprado el billete, ahora tienes que dar el siguiente paso y hacer el viaje.

Si no tienes muy claro todo el asunto esto de ‘la magia y esas cosas’ empieza con algo pequeño e irrelevante. De hecho una buena forma de probar la efectividad de la magia sigilada es crear y activar un sigilo que sea a la vez bastante improbable y totalmente irrelevante. ‘Me encontraré a un hombre alegre con un sombrero de pelo’, por ejemplo, o ‘escucharé a alguien canturrear Thriller de Michael Jackson’. Te sorprenderá muy pronto lo poderosos que los sigilos pueden ser.

Otros rituales

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El ritual del fuego

El ritual descrito anteriormente. Hay incontables variantes, pero todas son bastante similares.

El ritual de la pasión

Con diferencia la forma más sencilla de activar un sigilo, aunque no es del gusto de todos. Funciona centrando el intenso poder de la energía sexual y el orgasmo en el sigilo para activarlo. Se hace habitualmente buscando un momento, creando el ambiente adecuado, excitándose lo máximo posible y o bien teniendo sexo con un compañero de intereses similares o masturbándose. A medida que se acerca el clímax visualiza en tu mente el sigilo y lo que representa. El orgasmo proporciona tanto la energía como la liberación necesarias para la activación.

El ritual del vacío

Esta técnica se apoya en crear un estado meditativo de trance conseguido a través de la intensa contemplación de un espejo. Requiere de más tiempo que la mayor parte de rituales y ayuda mucho estar familiarizado con la meditación y las técnicas de respiración. Implica sentarte delante de un espejo grande y mirar atentamente al reflejo de tus ojos. Tras unos minutos de concentración intensa el mundo periférico empezará a verse distorsionado y pronto se empezará a desarrollar una especie de estado de ausencia de pensamientos. (…) Una vez en ese estado rompe el contacto visual con tu reflejo y libera el sigilo y su ‘energía’ en esa vaciedad silenciosa.

El ritual de la ‘postura de la muerte’

Esta técnica de activación tiene la misma función básica que el ritual del vacío, aunque utilizando un método diferente para llegar al mismo punto. Utiliza la dramáticamente bautizada como ‘postura de la muerte’ (popularizada por el influyente artista y ocultista Austin Osman Spare) para alcanzar un estado de ‘iluminación’ o ‘gnosis’ a través del agotamiento físico. La postura original requiere estar de puntillas con los brazos firmemente cruzados a la espalda, la espalda totalmente arqueada y el cuello tenso, pensar en estar siendo colgado del cuello y con dificultad para respirar. Por suerte no es necesario hacer esto, cualquier postura de yoga lo suficientemente intensa servirá. Una vez alcances un estado alterado de conciencia a raíz del estrés, concéntrate intensamente en el sigilo y lo que representa, liberando toda la energía y el estrés que has acumulado. Inmediatamente después relaja la postura y libera la tensión física.»

Creation & Activation, por Sigils Daily en su blog (en inglés).